Todos tenemos un tiempo en este mundo. Muchos dicen que debemos cumplir una misión, y, entonces, una vez realizada, nuestro destino es partir
hacia quien sabe donde.
Los que tienen
Fe dicen que hay un
mas allá, un
otro lado, un
cielo. Me pregunto en que pensaran los que no tienen esperanzas de nada.
Ninguna persona jamas me dejo para irse a aquel
extraño otro mundo desconocido del que nadie tiene certeza si en verdad existe.
No sé con exactitud como se siente perder a alguien.
Aunque te estoy perdiendo poco a poco, de una manera nada sencilla,
se que vas a estar bien.
No estoy anticipándome a nada, pero ahora mis esperanzas recaen en que estés bien,
lo que sea que eso signifique.
Tal vez allá estés mejor. Tal vez allá no hay sufrimiento como el que estas pasando acá. Tal vez allá puedas vernos a todos desde otra perspectiva.
Recordar el pasado y entristecerme no sirve de nada, si yo se muy bien que viviste una buena vida, que pasamos grandes momentos juntos, ¿De qué me voy a lamentar?
Siempre me agarraste bien fuerte de la mano, para cruzar la calle, y siempre te decía
"Abuelo, ¡me haces doler! Agárrame mas despacito"
Y vos te reías porque nunca lo podías evitar, por mas que te lo repitiera.
Ahora soy yo la que te agarra fuertemente la mano y no quiere soltarte. No quiero que cruces la calle, pero en cualquier momento deberé hacerlo, no hay otra opción.
No soy buena para las despedidas, pero por mas que esto se sienta como un adiós, no lo es. Es un hasta luego.
Si quiero verte, cierro los ojos y te veo.
Te amo, y se que vos a mi también.
Solcito.